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Vuelta a la isla, al modo globero

Entre comprar y vender casas y apartamentos en el sur de Tenerife y estar en el bonito e ilusionante jaleo del telemaratón solidario apenas queda tiempo para entrenar y echarle horas a la bici, o al menos a correr. Encajar las pasiones y los amores en forma de dos ruedas con el trabajo, los amores que nacen de la familia y que por fortuna disfrutamos más el necesario minutito de desconexión de todo echando unas batallitas o construyendo una ciudad de bits en tu tableta, con la necesidad física de entrenar, de sentir el cuerpo como se esfuerza, de sufrir para luego disfrutar, no es tarea fácil. Se antoja complicado y a veces muy estresante. Pero nuestro Presi tiene un lema, "si fuera fácil no sería un reto". Y es que lo difícil y aún mejor lo casi imposible aunque sea posible para quienes tienen la condición física necesaria nos llama, nos atrae, nos embruja.

Así que, resumiendo, yo, que te escribo, Angel Cabrera, más tres caballeros ciclistas, incombustibles, muy grandes, a saber, Herman W., imparable y duro como el hierro, Domingo C., pura motivación, poniedo el alma y una sonrisa en todo más José G., la última incorporación después de mi reto de los 200 kilómetros al Club PlatoChico, a quien señalo por su constancia, por construir la ruta pedalada a pedalada sin una sola queja, nos echamos a la carretera el pasado 2 de diciembre, a las 4:00 am unos y a las 3:00 am otros, para darle la vuelta a la isla. Una prueba que ellos podrían haber hecho en unas 11 o 12 horas, pero que tuvieron la enorme paciencia de acompañarme a mi ritmo durante 17 largas horas.

Hizimos la ruta al revés de lo que suele ser habitual, partimos por el sur, recorriendo toda la TF-28, la carretera vieja del sur, amaneciéndonos antes de llegar a Arico, donde tuvimos que hacer una larga pausa para resolver un pinchazo en la bicicleta de Domingo. Los paisajes de medianías en el sur de nuestra isla aún se mantienen intactos, solo salpicados cada 10 ó 20 kilómetros por alguna pequeña población y 2 ó 3 núcleos importantes. La visión que se nos dibuja delante nuestro abarca desde un azul inmenso, con un día de tranquilidad absoluta en nuestro mar, hasta todos los tonos imaginables, desde la zahorra de las canteras al verde de las tuneras y la corona forestal en la cima, rematando con un cielo precioso. Un día espectacular.

A media día ya andábamos atravesando Los Cristianos y Playa de Las Américas, para iniciar la subida a Guía de Isora y continuar hasta Chío donde desviaríamos el camino por Arguayo y Las Manchas llegando a Santiago del Teide por la tarde, cruzando el Puerto de Erjos y haciendo una parada en Icod de los Vinos para un bocadillo que nos supo a gloria, que debía tener combustible más que lomo o huevo, porque hasta la Cuesta La Villa pedaleamos como vikingos, a otro ritmo. Todavía no sé de dónde puñetas salió esa energía renovada, porque si fue del bocadillo de lomo de ese bar en el que nos paró José, bien se merece un monumento.

No vamos a negar que realizamos un par de golfadas, pero que quedan entre nosotros. Es un secreto de manada. Queda la historia en que llegamos a Guamasa a eso de las 7:30pm., más o menos y que yo cumplí mi objetivo en La Cuesta. Ahí cerré mi primer círculo. Ahí marqué mis 210 kilómetros. Ahí llamé a Esther para que me viniera a buscar. Cumplido el reto no quería subir ni una sola pendiente más. Ni siquiera unas escaleras. Nada. Estaba harto. Pero cuando ese cansancio y hartazgo se pasó (dos días después) la felicidad fue total. Y de haber dicho "nunca más" ahora digo "otra vez, pero en menos tiempo".

Gracias José por haberte sumado y estar siempre presente. Gracias Domingo porque oírte contar mil anécdotas a mí me daba ánimos para seguir. Gracias Herman por no permitirme ni darme permiso para rendirme. Mis piernas me llevaron. Yo cumplí mi reto. Pero a mi cabeza, señores, a mi cabeza la empujaron ustedes. Por cierto, y si estás pensando en qué llevarte a una prueba así, ni barritas ni geles ni sales. Comida. Como si te llevas torrijas, que si no sabes cómo se hacen, yo te explico como hacer torrijas.

 

 

Comentarios

Imagen de Admdcg

Todo un lujo poder compartir y vivir una experiencia como ésta. Ya me enteré que están organizando otra vuelta para enero, ¡Claro! es normal...Los compañeros que tenían pensado ir pero no pudieron por el cambio de fechas, debido pues se han quedado mordidos al ver esta bonita crónica. 


Depués de leerla te dan ganas de apuntarte a algo así, a disfrutar, a sufrir, a vivir un reto. Es lo que tienen los retos, no son fáciles y nos ponen contra las cuerdas mentalmente.

Nos hace pensar que no lo vamos a conseguir, que es mucho para el "body". Al mismo tiempo, sueñas una y mil veces con conseguirlo, del orgullo de haberlo completado, de no haberte rendido ante la adversidad. Es así, antes de empezar pero todavía más, si cabe, cuando ya estás en marcha. Una montaña rusa de sensaciones, de pensamientos negativos, se te pasa por la mente retirarte porque te sientes cansado, y otras muy buenas, disfrutando y soñando con la meta...

Pues ya lo tienes, ya lo tenemos, !!Felicidades!! y gracias a ti también, fuiste el que encenció la mecha para que todos nos pusiéramos en marcha.

Nos veremos en el próximo reto y no se olviden de disfrutar,

Doming

 

 

Imagen de ernestomedano

Cuanto me alegro de que te hayas sacado esa espinita que tenias pendiente.Ahora ya solo te falta subir en bici
a las Cañadas desde el nivel del mar.Ahí te lo dejo.Yo te acompaño

randomness